CATEQUESIS FAMILIAR
Propiciar un proceso de reflexión personal que permita a los participantes vivir una experiencia de reconocimiento y renovación de su realidad.
Identificar que hombres y mujeres tienen diferencias biológicas, fisiológicas, afectivas y emocionales que necesariamente hacen que piensen, sientan y actúen de manera diferente.
Desarrollar en las parejas la necesidad de realizar y mantener el diálogo conyugal. Apreciar su importancia como “esencial”, imprescindible, para compartir lo que somos, para que nuestro amor crezca, para vivir a dos
Hacer que las parejas tomen conciencia que lo que originó su relación fue “El Amor”, por lo tanto, es muy importante mantener viva la llama de ese amor, la cual no se mantiene encendida por si sola, requiere ser renovada y avivada permanentemente
Ser conscientes que el perdón hace parte del amor misericordioso de Dios y es al mismo tiempo una exigencia para todos los cristianos. Solo será capaz de perdonar el que tenga en su corazón el amor de Dios.
Permitir que las parejas reflexionen sobre su sexualidad
Ser conscientes que el perdón hace parte del amor misericordioso de Dios y es al mismo tiempo una exigencia para todos los cristianos. Solo será capaz de perdonar el que tenga en su corazón el amor de Dios.
Promover en los participantes la reflexión sobre el espacio familiar como escenario privilegiado para construir relaciones de pareja, de paternidad y de fraternidad que testimonio en el amor.
Ser conscientes de que Dios nos ama infinitamente, tanto que nos permite ser cocreadores con Él, al darnos los hijos como fruto de nuestro amor
Propiciar un proceso de reflexión personal que permita a los participantes evaluar sus experiencias de relación con Dios y su identificación con EL, como personas y como parejas.
Tomar conciencia que Dios nos dio a su hijo Jesucristo como modelo para nuestra vida.
Hacernos conscientes de que ser miembros de la Iglesia, es vivir en comu- nidad, siguiendo el ejemplo que nos dio Cristo con su vida, impulsados por el Espíritu Santo.
Comprender que una verdadera vida cristiana se vive y se celebra comunitariamente.
Profundizar en el significado de la vida matrimonial como experiencia vital de encuentro de la pareja y de ella con Dios.